26.08.1999
La Segunda Guerra Ruso-Chechena
Para elevar y afirmar su autoridad, Putin inmediatamente comenzó su liderazgo de Rusia en el lado sangriento de la segunda guerra ruso-chechena.
De hecho, entre 1996 y 1999, Chechenia fue independiente de Rusia. Sin embargo, el país estaba experimentando una creciente agitación económica y política relacionada con las secuelas de la guerra y la crisis de la posguerra.
Muchas formaciones paramilitares no controladas por el gobierno operaron en la república. Uno de ellos en agosto de 1999 inició las hostilidades en Daguestán. Las hostilidades fueron suprimidas, pero el mando ruso lo utilizó como excusa para invadir y lanzó una segunda campaña militar contra Ichkeria, que no será menos sangrienta que la primera.
Numerosos círculos políticos rusos, especialmente militares, expresaron su descontento con los resultados de los acuerdos de Khasavyurt, creyendo que el "problema checheno" no se había resuelto, sino que solo se había pospuesto. Existieron temores fundados de que Chechenia serviría de ejemplo para otras autonomías nacionales y pueblos que históricamente habían sido anexados por la fuerza a Rusia. El liderazgo político de Rusia y, sobre todo, Vladimir Putin, cuya campaña se basó en la "operación antiterrorista" en Chechenia, justificó las acciones de los militares, tanto perpetradores como líderes del grupo.
La "operación" duraba 10 años.
Para restaurar el orden constitucional, el comando ruso utilizó táctica de "tierra arrasada", destruyendo no solo las posiciones fortificadas de los insurgentes chechenos, sino también los asentamientos, monumentos históricos y religiosos del pueblo checheno, especialmente en las estribaciones y montañas de Ichkeria.
Las acciones de las unidades rusas en Chechenia provocaron una creciente desaprobación de la comunidad mundial. Estados Unidos y la Unión Europea criticaron duramente las políticas de Rusia en Chechenia, acusaron a Moscú de violar los derechos internacionales y pidieron una solución política a la crisis.
Como en años anteriores, Rusia estuvo experimentando una ola de actos terroristas. En agosto de 2000, se escuchó una explosión en un cruce cerca de la plaza Pushkin en Moscú, matando a ocho personas e hiriendo a unas 200. Aunque no se encontraron organizadores, la sociedad culpó a los terroristas chechenos. En octubre de 2002, ocurrió una tragedia en el centro de teatro de Dubrovka, donde se desarrolló la obra "Nord-Ost". Las autoridades no hicieron concesiones a los terroristas y más de 100 personas murieron durante la operación. El 1 de septiembre de 2004, terroristas chechenos tomaron una escuela en Beslán, matando a más de 300 personas a manos suyas y durante un asalto de las fuerzas gubernamentales.
El asesinato de los comandantes de campo chechenos más influyentes, A. Masjádov y Sh. Basáyev, fue un éxito para las tropas federales. Esto permitió lograr una relativa estabilización de la situación en el Cáucaso del Norte.
En 2007, a petición de Putin, R. Kadyrov, hijo del muftí A. Kadyrov, fallecido en 2004 a manos de militantes, fue elegido presidente de la República de Chechenia. El liderazgo de la república, leal a Moscú, trabajaba para combatir los remanentes de militantes islámicos y reconstruir la república, usando generosas inyecciones del presupuesto federal.
El resultado: la victoria de la Federación Rusa, la terminación de los acuerdos de Khasavyurt (sobre la determinación del estatus de la República Chechena de Ichkeria), la declaración de la República Chechena de Ichkeria como organización terrorista y su destrucción por parte de las Fuerzas Armadas Rusas.